martes, 21 de julio de 2009

Emilia Attias en Revista Caras "Mi boda sera exotica y diferente"


Creo que esa es mi esencia. Trato que nada me impida ir hacia donde quiero ir”, afirma Emilia.

Han pasado más de cinco horas de una espectacular sesión fotográfica que devela su personalidad extravagante y lúdica, y quince desde que empezó el día y, sin embargo, su energía se mantiene intacta. “Soy una persona transgresora, me gusta desestructurar y romper moldes”, adelanta sentada frente al grabador. Avisa que no tiene apuros, y lo hace mientras acomoda con rapidez su pelo con rastas (un look que debió adoptar para la tercera temporada de la exitosa tira “Casi Angeles”, de Telefe y que la tiene fascinada). “Me siento poderosa. No me incomodan, no me pesan, no me pican, me hago mil peinados y me encanta jugar con ellas. Me resultan personales y sexies”, aclara. La sonrisa y la mirada cómplice de Naim “el Turco” Sibara (42), su novio desde hace tres años y siete meses, lo confirma sin demora. Situado a pocos metros de donde transcurre la entrevista, el actor y humorista también espera desde hace varias horas a su novia con conmovedora paciencia, mientras cuida a Ramón y Nina, el Bulldog Francés y la perra Pekinés que comparten junto con ellos la casa que compraron y remodelaron en la zona de Belgrano.

“Estoy en un momento de reconocimiento, de mucho trabajo y poco descanso, pero creo que es un antes y un después de mi carrera.

Te acostás y la sensación de entregarte te llena, te da fuerzas, y te quita lo negativo. La energía es algo que alimento a diario.
—¿Cómo es hoy esa vida diaria?
—Me levanto a las 07:00 y grabo desde las 08:00 hasta las 17:00, después voy al gimnasio para entrenar una hora y media. A veces tengo sesiones con mi esteticista, Mariana Fariña, o voy a mis clases de canto. Cuando no lo hago, me gusta llegar a casa y escribir o también pintar. Así termino el día. Me agrada estar con mis perritos y cocinar para mi pareja o mis amigos. La vida que tengo me gratifica, porque vivo muy tranquila. Soy de pasar mucho tiempo con mi novio, porque lo amo y lo extraño mucho. Llego a casa y lo primero que deseo es verlo.

—¿Se declara una mujer romántica?
—Sí, lo soy. Creo ser una mujer que entiende la vida desde un lugar muy abierto. A la hora del amor siento que no hay nada más lindo que amar y ser amada. Cuando una ama lo hace para toda la vida, porque no querés que esa persona nunca más se vaya. Deseás cuidarlo y no separarte nunca de ese amor. Es algo muy lindo estar enamorada así. Te convierte en una persona idealista y romántica, porque amás tanto al otro que deseás que te sorprenda, te regale y diga cosas lindas, y eso también me inspira a hacer lo mismo. Soñás con una vida entera juntos, con una familia, y eso sólo lo despierta el amor. Soy una mujer de vivir el amor con mucha intensidad, seguridad y de un modo muy alocado. Soy intensa, pero también dulce, tierna y hasta servicial. Me encanta que el amor rompa todas mis estructuras. Me siento un dulce de leche, me entrego por entero. El amor es la fuerza más poderosa. Me vuelve vulnerable y, a la vez, me potencia para la vida. Es lo más maravilloso que me ha tocado vivir.

—¿Qué debe tener un amor para ser especial?
—Para ser especial una amor debe venir acompañado de una gran pasión y encanto. Pero una relación no se sostiene sólo con eso. También tiene que incluir libertad para entender y dejar fluir el ego de cada persona. Debe incluir respeto, mucho compañerismo, que para mí es fundamental, buenos tratos y demostraciones de cariño. Y también compartir ciertos ideales de vida. No podría estar con alguien que me hiciera sentir insegura.


—¿Encontró todo eso en su novio, “el Turco” Naim?
—Sí. La primera vez que lo vi atrapó toda mi atención, y eso es algo que me sigue pasando hasta el día de hoy. Cuando lo conocí no pude pensar nada más que en él. Fue muy fuerte. Me atraparon su energía, su físico y su personalidad. Todo eso me envolvió y a medida que lo fui conociendo me fue encantando aun más. Con el tiempo confirmé lo que en un primer momento me indicó la intuición. Él es quien me mata y me encandila. Es un hombre súper inteligente, con muchísimo corazón y un gran mundo interior. Además, es muy talentoso, admirable como persona, y me ama mucho. Hace cosas por mí que me derriten de amor. Si algo me gustaba no entendía cómo algo me iba a detener. Desde muy chica sabía cuáles eran mis objetivos, y cuando surgió la oportunidad mi energía estaba dirigida hacia eso. Vivo conectada con mi alma y voy a ir por lo que ella desee a nivel espiritual, emocional o artístico. Eso fue lo que me hizo madurar.


—¿Cómo es vivir “conectada con su alma”?
—Desde muy chica fui una persona espiritual. Me gusta lo misterioso y esotérico. Siempre tuve la suerte de conocer astrólogas y ver la vida desde un lugar más profundo. Leo mucho, soy muy curiosa y esas personas me han ayudado muchísimo a conocerme. Mi instinto me guió para buscar las herramientas que ayudaron a ser lo que hoy soy. Disfruto mucho de los momentos de conexión conmigo misma.

—¿Es verdad que medita con fuego?
—Sí (sonríe). Meditar me gusta. Alguna vez leí y siempre trato de recordar que lo bueno de la meditación es que me permite entrar en un silencio interior. Eso hace que primero, escuches muy bajito tus pensamientos. Dicen que el verdadero ser y el más poderoso y sabio es el que yace dentro de cada uno, y es por eso que necesitamos acallar todo rumor para escuchar esa voz. Si meditamos en silencio, escucharemos esa voz cada vez más fuerte hasta que se haga presente. Y ese pensamiento se convertirá primero, en palabra, luego en hecho y, finalmente, en hábito. A partir de ahí, esos hábitos conformarán el carácter que determinará tu destino. Me gusta mucho meditar con fuego. Si se puede, una fogata, y si no con una simple vela. También es un momento de gran plenitud emocional. Me siento una persona muy completa.”, confiesa la actriz y modelo de Multitalent, que acaba de regresar al Gran Rex con las funciones teatrales del ciclo de “Casi Angeles”. A pesar que su carrera está en un punto fulgurante y que se siente “en la mejor versión de mí misma”, ella dice que nunca se convencerá de que “llegó”. Lo suyo, asegura, será una constante evolución. “Es que si una se detiene en el halago, no crece espiritualmente, además de ser peligroso para la carrera. Hay que seguir conectada con el alma para inspirarse, encontrar motivaciones y creatividad y poder crecer y dar mucho más de vos”, sentencia Emilia.

—Trabaja desde los 13 años, y a los 22 hasta vivió en el exterior. ¿Siente que creció antes de tiempo?
—Quizá muchos vean una madurez precoz, pero la verdad es que nunca fui consciente de ese proceso. Siempre fui una persona segura.

Fuente: Caras

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